En la tercera entrega de la saga Bridgerton, es turno del "hijo número dos", Benedict, de encontrar el amor. Sophie, la hija bastarda de un conde, llega a vivir con él tras la muerte de su madre, convirtiéndose a los ojos de la sociedad en su pupila, hasta que Richard, conde de Penwood, vuelve a casarse. Su malvada esposa, la ahora condesa Araminta, llega a tomar posesión de la mansión con sus dos hijas: Rosamund, insoportable y caprichosa, y Posy, introvertida y rechazada por su madre y hermana por no ser tan agraciada como ellas. Sophie cree que serán su nueva familia, pero pronto se da cuenta de lo mucho que la desprecian. Tras la muerte del conde, Sophie se convierte en la criada de la casa, pero el servicio le concede una noche de ilusión confabulando para que asista al baile de máscaras de los Bridgerton, donde conoce a Benedict y lo deja hechizado con su misterio. Benedict, reacio a casarse a pesar de la insistencia de su madre Violet, se enamora perdidamente de esa
Escribo un blog desde 2003. Vaya, ya 19 años. Lo verdaderamente curioso es que también tenía 19 años en ese entonces.