Esta historia es maravillosa porque recopila los casos reales de combatientes valientes que se enfrentaron al Franquismo. Y lo hace de una manera hermosa, honesta y muy llevadera, que podemos imaginar y sentirnos envueltos desde el primer capítulo.
Es una historia que va de valor, resistencia, hermandad, justicia e historia española, de esa que no enseñan en las escuelas. Una muy buena opción para adolescentes y adultos que quieran entender de la guerra, sin ir a tecnicismos.
Es una historia que va de valor, resistencia, hermandad, justicia e historia española, de esa que no enseñan en las escuelas. Una muy buena opción para adolescentes y adultos que quieran entender de la guerra, sin ir a tecnicismos.
La historia va de cinco chicas encarceladas por el régimen: Hortensia, quien es atrapada a medio embarazo y que sobrevive a la muerte de su padre, la desaparición de su hermano y el no saber sobre su esposo, Felipe, que sigue escondido en el monte dirigiendo el movimiento junto con Paulino, su mejor amigo.
Hortensia es visitada frecuentemente por Pepita, su hermana. Le da vida pensar en su hijo, en cómo le contará sobre la valentía de sus hermanos en guerra, y pasa escribiendo en libretas azules que le pasan de contrabando. Es constantemente torturada, pero resiste todo.
Felipe pasa los días con la ilusión de volver con su "Tensi".
Pepita tiene los ojos azulísimos y tiembla de miedo cada que sirve a su hermana y cuñado para pasar mensajes a la cárcel. Trabaja como sirvienta en la casa de Don Fernando, un hombre atormentado porque le da miedo la sangre y su padre lo presiona para ejercer de cirujano. Además, está a favor de la guerrilla y su familia no. Doña Celia, su patrona, es una buena mujer que también trabaja para Don Fernando. Su esposo está preso y a su hija Almudena la fusilaron, por eso cuida de Pepita como si fuera una más de sus niñas. Pepita se enamora de Paulino, y vive las desastrosas consecuencias de esperar por un combatiente que no se sabe si está vivo, torturado o muerto.
Felipe pasa los días con la ilusión de volver con su "Tensi".
Pepita tiene los ojos azulísimos y tiembla de miedo cada que sirve a su hermana y cuñado para pasar mensajes a la cárcel. Trabaja como sirvienta en la casa de Don Fernando, un hombre atormentado porque le da miedo la sangre y su padre lo presiona para ejercer de cirujano. Además, está a favor de la guerrilla y su familia no. Doña Celia, su patrona, es una buena mujer que también trabaja para Don Fernando. Su esposo está preso y a su hija Almudena la fusilaron, por eso cuida de Pepita como si fuera una más de sus niñas. Pepita se enamora de Paulino, y vive las desastrosas consecuencias de esperar por un combatiente que no se sabe si está vivo, torturado o muerto.
Elvira, la segunda presa, es la menor de todas y la que se distingue por su larga coleta pelirroja, que a su hermano Paulino le gustaba ver balancearse. Aprende a ser toda una guerrillera, y a sacar el valor y coraje que heredó de familia.
Paulino se enlista a los 19 con emoción. Se convierte en la sombra de Felipe, y en el eterno enamorado de Pepita. Es una leyenda en los grupos de guerrilla, como un justiciero que aparece y desaparece sin que nadie lo note, además de tener a muchas chicas a su disposición, pero él solo quiere a su chiqueta.
Reme, la tercera, es la mayor de las presas. Mansa y dócil, decide no contrariar a las guardias, para evitar los golpes y la tortura. Es llevada por bordar una bandera de la resistencia.
Tomasa, la cuarta rea, tarda años en contar su historia, de lo dolorosa que fue. Sus hijos, fusilados, fueron tirados al río, y ella espera conocer el mar porque le dijeron que todo lo que acaba en el río se va para el mar. Pelea a menudo con las custodias, que la llaman comunista. Se la vive en aislamiento, sin arrepentirse de toda la rabia que le hacen guardar.
Tomasa, la cuarta rea, tarda años en contar su historia, de lo dolorosa que fue. Sus hijos, fusilados, fueron tirados al río, y ella espera conocer el mar porque le dijeron que todo lo que acaba en el río se va para el mar. Pelea a menudo con las custodias, que la llaman comunista. Se la vive en aislamiento, sin arrepentirse de toda la rabia que le hacen guardar.
Y Mercedes, la quinta mujer, que en realidad es custodia de la prisión. Quiere ser amable y condescendiente, pero debe cuidarse de no ser débil frente a sus compañeras, pues no quiere perder su puesto.
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Pero ya no tiene miedo. Lo perdió, al igual que las lágrimas.
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Algunas mujeres apoyaron la idea de la huelga, y Hortensia tomó la palabra:
—Hay que sobrevivir, camaradas. Sólo tenemos esa obligación. Sobrevivir.
—Sobrevivir, sobrevivir, ¿para qué carajo queremos sobrevivir?
—Para contar la historia, Tomasa.
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El peor dolor es no poder compartir el dolor.
Pero ya no tiene miedo. Lo perdió, al igual que las lágrimas.
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Algunas mujeres apoyaron la idea de la huelga, y Hortensia tomó la palabra:
—Hay que sobrevivir, camaradas. Sólo tenemos esa obligación. Sobrevivir.
—Sobrevivir, sobrevivir, ¿para qué carajo queremos sobrevivir?
—Para contar la historia, Tomasa.
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El peor dolor es no poder compartir el dolor.
Dulce Chacón nació el 3 de junio de 1954 en Badajoz, España. Tiene una hermana gemela, también escritora, llamada Inma Chacón. Su padre le leía poesía de niña, alimentando su amor por las letras. Fue amiga del escritor José Saramago y de su esposa Pilar.
Murió en el medio de una carrera exitosa a causa de un cáncer de páncreas que en tan solo un mes se expandió al hígado. Tenía 49 años y medio.
Murió en el medio de una carrera exitosa a causa de un cáncer de páncreas que en tan solo un mes se expandió al hígado. Tenía 49 años y medio.
Se encontrarán el tiempo y el olvido en un ángulo recto.
Lee conmigo en: https://ww3.lectulandia.com/book/la-voz-dormida/
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