Lectura: Ana Karenina.
Hablamos de: novela.
Hablamos de: novela.
Autor: León Tolstói.
País: Rusia.
Trama: retrato social de la Rusia de finales del siglo XIX: una pareja (Dolly & Stiva) tienen problemas maritales debido a una infidelidad, situación que hace que la hermana de Stivia, Ana Karenina, llegue a la ciudad a tratar de convencer a su cuñada de que no abandone a su marido. Aprovechando este viaje, conoce en un baile al Conde Vronksy, a quien pretendían casar con Kitty, hermana de Dolly, pero cuyo plan se destruye al enamorarse él y Ana.
Comienzan una relación amorosa a escondidas (ya que Ana está casada con un importante y muy respetado funcionario), y luego de haber sido descubiertos sus tratos por las amistades y la sociedad, deciden hacerla oficial. La obra gira en torno a la forma en que sobreviven del desprecio social, y las comparaciones que se hacen con sus demás amigos, quienes sí viven al margen de lo que de ellos se espera.
Comienzan una relación amorosa a escondidas (ya que Ana está casada con un importante y muy respetado funcionario), y luego de haber sido descubiertos sus tratos por las amistades y la sociedad, deciden hacerla oficial. La obra gira en torno a la forma en que sobreviven del desprecio social, y las comparaciones que se hacen con sus demás amigos, quienes sí viven al margen de lo que de ellos se espera.
¿Qué nos dice?
Nos muestra la sociedad aristócrata, guiada por las apariencias, los convencionalismos y la hipocresía, y el grado hasta el cual se denigraba la existencia de la mujer al considerarla únicamente como un instrumento para parir y cuidar la casa. También crea debates existenciales sobre el trabajo de campo, el trabajo de los altos funcionarios, la religión, el dinero, la crianza de los hijos, el arte, la cultura, y la introducción de maquinaria, junto con el rechazo campesino a la misma.
Temas que trata: amor, infidelidad, vanidad, egoísmo, machismo, vida rural, arte, cultura, hipocresía, aristocracia, popularidad, dinero, inseguridad, doble moral, religiosidad extrema, educación, política.
Dificultad de lectura: de medio a alta, incluye palabras difíciles de pronunciar y muchos términos en francés, ruso e inglés que merecen notas al pie para comprender la idea que demuestran.
¿Qué se rescata?
El mensaje de libertad y lucha de una pareja que quiere disfrutar la vida tal como la merece y quiere. El mensaje de sencillez, honradez y trabajo que Levin muestra en su vida en el campo.
El poder contrastar los pensamientos de los diferentes grupos sociales y encontrar una conclusión que satisfaga nuestros ideales.
El poder contrastar los pensamientos de los diferentes grupos sociales y encontrar una conclusión que satisfaga nuestros ideales.
¿Qué se pierde?
Nada. Muestra la sociedad tal y como fue, con algunas similitudes a la actualidad, aún habiendo pasado más de 100 años.
Personajes para recordar.
Ana Karenina: joven, bella, culta y conocedora del efecto de seducción que causa en los hombres. Su problema es no saber vivir sola y depender de la opinión pública.Conde Alekséi Kiríllovich Vronski: militar joven, adinerado, vago, irresponsable, soñador y con pocas expectativas. Se enamora de Ana Karenina y encuentra en ella el tormento de haber dejado su vida fácil y libre.
Stepán Arkádyevich Oblonski ("Stiva"): funcionario infiel, libre y desapegado que sólo busca el placer y la satisfacción personal y social, además de ser un buen anfitrión y amigo.
Darya Aleksándrovna Oblónskaya ("Dolly"): esposa de Stiva. Mujer acomplejada, madre abnegada, pobre de ideas y de dinero, atormentada con estar al lado de un hombre que no la quiere, se esmera en ser buena amiga y hermana, y en dar a sus hijos la mejor educación posible para que salgan de la miseria en la que ella se encuentra.Ekaterina Aleksándrovna Shcherbátskaya ("Kity"): hermana de Dolly y vieja pretendiente de Vronsky. Jovencita en edad casadera, inocente, frágil, asustadiza y enamoradiza. Rechaza a Levin por un amor que no existió jamás. Se deja controlar por sus padres.Konstantín Dmítrievich Lyovin (Levin): mejor amigo de Stiva, hombre de campo, filósofo, terrateniente, siempre huraño y ermitaño, en constante lucha consigo mismo, enamorado de Kitty, buen amigo, hombre honrado y que mantiene un perfil bajo en sociedad, a pesar de ser su familia muy conocida.
Alekséi Aleksándrovich Karenin: esposo de Ana, personaje importante en la vida política, muy interesado en la opinión de los demás, dispuesto a hacer lo que sea por no quedar deshonrado. Finalmente es un hombre recto, sentimental, al que le tienen que suceder diferentes desgracias para que conozca sus capacidades.
Retacitos para el librero.
«Quiere a mi hijo», pensó el Príncipe. «Basta ver cómo ha cambiado de expresión al oírle gritar. Y si quiere a mi hijo, ¿cómo no ha de quererme a mí?»
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«No te alejarás de nosotros, seguirás siendo lo que eres, con tus dudas, con tu eterno descontento de ti mismo, con tus inútiles intentos de modificarte y tus caídas, con tu constante deseo de una imposible felicidad ...» .
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Pero ya pasará, padrecito. Con tal que haya salud y la conciencia esté sin mancha, todo lo demás nada importa.
***
Entre tanto llegó la primavera. Una primavera hermosa, definitiva, sin anticipos ni retrocesos, una de esas pocas primaveras que alegran a la vez a los hombres, a los animales y a las plantas.
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La primavera es la época de los planes y de los propósitos.
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– Creo que ninguna actividad puede ser práctica si no tiene por base el interés personal.
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Levin no podía equivocarse. Aquellos ojos eran únicos en el mundo. Sólo un ser en la tierra podía concentrar para él toda la luz y todo el sentido de la vida.
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No era la necesidad de ocultar ni el fin para que se fingía, sino el proceso del fingimiento en sí lo que le agradaba.
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– Haga usted lo que quiera: el perezoso continuará en su pereza. El que tiene conciencia trabaja bien. Si no la tiene, es inútil hacer nada.
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Nicolás dijo que venía a cobrar aquella cantidad y, sobre todo, a pasar algún tiempo en la casa natal, tocar con su planta la tierra y, como los antiguos héroes, recibir fuerzas de ella para su futura actividad.
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Así nos pasamos la vida entre el trabajo y las diversiones, sólo para no pensar en la muerte.
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Mas a un hombre descontento le es difícil no culpar de algo a los demás y, sobre todo, al más próximo, del motivo de su descontento.
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Ha descubierto a los niños y a los pobres de espíritu, lo que ha ocultado a los sabios.
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«La mujer propia da muchas preocupaciones y la que no lo es, más aún»
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–Tuve una niña, pero Dios se me la llevó. Esta cuaresma la enterré.
–¿Y lo sientes mucho? –preguntó, también, Daria Alexandrovna.
–¿Por qué lo he de sentir? –contestó la joven–. […] Me daba mucho trabajo. No podía atender a otros quehaceres más importantes... No podía trabajar ni hacer nada más que ocuparme de ella... Era un fastidio.
A Daria Alejandrovna esta contestación le había parecido repugnante en labios de aquella simpática muchacha, cuyo rostro expresaba bondad; pero ahora, al recordar involuntariamente aquellas palabras, se dijo que, a pesar del cinismo que había en ellas no dejaban de tener un fondo de verdad. Pensaba entonces Daria Alejandrovna en sus embarazos: en el mareo, la pesadez de cabeza, la indiferencia hacia todo y, principalmente, en la deformación, en su fealdad. «La misma Kitty, jovencita y tan linda, ha perdido mucho. Yo, cuando estoy embarazada, me vuelvo horrible.» «Luego los partos, los terribles sufrimientos y el momento más terrible aún de dar a luz... Y el dar el pecho, las noches sin dormir, las grietas, los dolores irresistibles si se retira la leche...» Y recordando aquellos dolores por que ella había pasado en casi todos sus alumbramientos, Daria Alejandrovna se estremeció. «Y por otro lado» , siguió, « las enfermedades de los pequeños, las noches en vela, los días enteros sin descanso, con la constante inquietud del miedo a la muerte». « ¿Y los mil disgustos de la educación de los hijos? El "crimen" de la pequeña Macha en el jardín, las clases con los niños, el latín difícil, incomprensible para ellos.» «Y si, como final, llega la muerte...» Y Daria Alejandrovna rememoró, con horror y dolor profundo, el fallecimiento y el entierro de su último niño, atacado por la terrible difteria: los gestos horrorosos provocados por la tos y los ahogos; el resuello de la garganta oprimida, llena de purulentas e inflamadas llagas; el último y supremo esfuerzo con la inminente asfixia –desorbitados y sanguinolentos los ojos; congestionadas las facciones, hinchadas, reventando las venas; crispadas las manos; enarcados el torso y las piernecitas–. Luego, el pequeño ataúd, tan fúnebre aun con sus colores claros –rosa y blanco– y sus adornos de pasamanería; el yerto cuerpecito, de frentecilla lívida con ricitos rubios; la boquita, morada, abierta como en gesto de extrañeza. Después el desgarrador adiós final, el lúgubre martilleo sobre los clavos que sujetaban la tapa de la caja, la partida del cortejo; todo entre la indiferencia de la gente. Y mientras, ella, en su dolor de madre, en la angustiosa opresión de su pecho, que le ponía un nudo en la garganta, se sentía morir, y lágrimas de fuego corrían por sus mejillas.
«¿Y todo para qué?» , seguía la mente de Daria Alejandrovna. «¿Qué resultará de todo ello? Vivir sin un momento de tranquilidad, ora embarazada, ya dando el pecho; siempre de mal humor, riñendo, torturándome yo y torturando a los demás, causando repugnancia a mi marido. Así habré pasado mi vida y saldrán niños infelices, mal educados, acaso niños mendigos. […] ¿Quién nos ayudará? ¿Papá, que se ha quedado sin nada? De modo que ni educar a los niños podré. Quizá lo llegaría a hacer con la ayuda de otros, pero humillándome... Y supongamos lo mejor: que los niños no se mueren y puedo educarlos de algún modo. En este caso lo único que conseguiré es que no vayan por mal camino. ¿Y para esto tuve tanto trabajo, pasé tanto sufrimiento? ¡Para esto perdí mi vida!»
De nuevo Dolly recordó las palabras de la joven campesina y otra vez pensó que eran repugnantes; pero no pudo dejar de repetirse que en ellas había una parte de verdad.
***
Le pasó en este aspecto lo mismo que dicen que ocurre a los borrachos: la primera copa –se dice– les sienta como un tiro; la segunda como si se tragaran un halcón; y, al pasar de la tercera, las otras copitas parecen pajarillos.
***
"la lucha por la existencia y el odio son lo único que mueve a los hombres".
Ficha técnica.
Año: 1877.
Género: novela realista.
Narrado en: narración lineal.
Detalles que volver a mirar:
- La crítica al cinismo social.
- Las bellas postales de los escenarios ambientales.
- El cuidado en el cambio interno de cada personaje.
- Las bellas postales de los escenarios ambientales.
- El cuidado en el cambio interno de cada personaje.
¿Cine o televisión?
Ana Karenina ha sido representada en cine infinidad de veces, algunas de ellas son:
- Anna Karénina (1935), dirigida por Clarence Brown.
- Anna Karénina (1948), dirigida por Julien Duvivier.
- Anna Karénina (1967), dirigida por Aleksandr Zarjí.
- Anna Karénina (1985). Película para televisión dirigida por Simon Langton.
- Anna Karénina (1997). Dirección de Bernard Rose.
- Anna Karénina (2009). Dirigida por Sergei Solovyov.
- Anna Karénina (2012). Dirigida por Joe Wright con guion de Tom Stoppard.
También se creó el ballet Anna Karénina de Rodión Shchedrín para la bailarina Maya Plisétskaya, estrenado en 1972 en el Teatro Bolshói, y la ópera Anna Karénina de David Carlson estrenada en la Florida Grand Opera de Miami en 2006.
El autor nos habla: https://www.youtube.com/watch?v=JKsA0fu3KIg (las mejores frases de León Tolstói).
Escribe...
Escribe...
León Tolstói (1828-1910) fue huérfano muy pronto, ya que a
sus dos años murió su madre y antes de que cumpliera los 10, se fue su padre.
Fue cuidado por dos de sus tías y por diferentes maestros que no fueron lo
suficientemente exigentes. Se inscribió en la facultad de letras de la
Universidad de Kazán en 1843, aunque abandonó la carrera por estudiar Derecho.
Pasó una juventud ociosa, atea, consumiendo alcohol, jugando cartas y
seduciendo mujeres. Era un muchacho rico que al salir de la universidad, en
1847, se instaló en el campo para disfrutar de una nueva vida, en la que se
horrorizó con la pobreza y sufrimiento que encontró en sus siervos. Trató desde
entonces ayudarlos. Ingresó al ejército y fue nombrado oficial de artillería en
Tiflis. Fue a la guerra de Crimea (1853), pero pidió su retiro al desanimarse
de sus compañeros y jefes. Luego de esta experiencia, se dedicó a escribir.
Gracias a sus constantes viajes se inspiró para fundar una escuela para pobres
y un periódico didáctico llamado Yasnaia Poliana. Enseñaba libremente, los
alumnos podían entrar y salir de clases a su antojo y sin castigos, además de
que se enseñaba según las doctrinas del Antiguo Testamento. Fue cerrada sin
embargo por el gobierno, temiendo represalias sociales por el liberalismo
experimentado en sus aulas. La iglesia ortodoxa también tuvo problemas con él
por haber negado sus principios y denunciar el abuso, hipocresía y
superficialidad de los Papas.
Sus últimos años los vivió en el campo, predicando con su ejemplo la pobreza, trabajando como zapatero y repartiendo limosna. Se alejó de su esposa y tres hijos, quienes no podían entender su nueva vida, y se dedicó a comer vegetales y dormir en un catre. Quiso terminar sus días en un retiro únicamente con su acólito el doctor Marivetski, quien dejó también su vida acaudalada por seguirle. A mediados de noviembre de 1910 sufrió de un ataque pulmonar que lo obligó a quedarse en casa del jefe de estación de Astapovo, donde recibió cuidados. Murió excomulgado y sin ver a su esposa, quien llegó a su encuentro pero no quiso perturbarlo, y sólo pudo verlo después de muerto.
Sus últimos años los vivió en el campo, predicando con su ejemplo la pobreza, trabajando como zapatero y repartiendo limosna. Se alejó de su esposa y tres hijos, quienes no podían entender su nueva vida, y se dedicó a comer vegetales y dormir en un catre. Quiso terminar sus días en un retiro únicamente con su acólito el doctor Marivetski, quien dejó también su vida acaudalada por seguirle. A mediados de noviembre de 1910 sufrió de un ataque pulmonar que lo obligó a quedarse en casa del jefe de estación de Astapovo, donde recibió cuidados. Murió excomulgado y sin ver a su esposa, quien llegó a su encuentro pero no quiso perturbarlo, y sólo pudo verlo después de muerto.
Obra representativa:
Guerra y Paz, 1865.
Guerra y Paz, 1865.
"A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa".
Lee conmigo en:
http://www.ict.edu.mx/acervo_literatura_AnaKarenina_Tolstoi.pdf
http://www.ict.edu.mx/acervo_literatura_AnaKarenina_Tolstoi.pdf
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