Lectura: El olvido que seremos
Hablamos de: novela
Autor: Héctor Abad Faciolince
País: Colombia
Trama: un orgulloso hijo que amó profundamente a su padre, cuenta la historia del hombre que fue admirado por su país por su fuerte labor social de mejoras al sistema médico colombiano, y que se acercó tanto a la gente, que fue tratado como una amenaza y finalmente asesinado.
¿Qué nos dice?
Es un hermoso tributo de un hijo a un padre amoroso, de grandes convicciones, que le mostró el mundo desde el lado del cariño y la armonía con sus semejantes. Es también una queja pública, una muestra de pruebas y una redención. Es sanar, muchos años después, una pérdida que quebró para siempre a su familia.
Temas que trata: familia, paternidad, amor, apoyo, hermandad, relaciones humanas, medicina, pobreza, trabajo social, madurez, crecimiento, vida, muerte, cáncer, puntos de quiebre, literatura, rebeldía, Colombia, México, fuerzas armadas, sicarios, exilio, asesinato, investigación,
venganza, resignación, recuerdo, luto.
Dificultad de lectura: bajo. La historia es tan simple y amorosa, que es como escucharla de un amigo en una tarde de café.
¿Qué se rescata?
El amor inquebrantable entre padre e hijo.
Una figura materna fuerte, decidida y preparada para todo.
Las mejoras a la salud de la población.
La ilusión que provoca dejar un mundo mejor.
La indignación al cometerse una injusticia.
El deseo de grabar en la memoria colectiva el recuerdo de un gran hombre.
¿Qué se pierde?
Nada, es justo como debe ser. AMPLIAMENTE RECOMENDABLE.
¿Qué sensación me deja?
Me gustó mucho porque me identifiqué plenamente con él. Mi papá también es el amor de mi vida, y también es perfecto para mí.
También no ha hecho mas que darme amor toda mi vida, y me ha forjado un mundo feliz. Me dio mucho orgullo saber que hay más padres así, que son quienes generan mejores seres humanos para el futuro. Y toda la historia es tan romántica y amorosa, que no se opaca con el asesinato final, sigue su color rosa y sigue enamorándonos del agente de cambio que tuvo honor de estar en su vida.
Personajes para recordar
Héctor: único hijo varón del matrimonio de Héctor y Cecilia. Ama a su padre desde la infancia, y no amó a nadie con la misma intensidad hasta tener sus propios hijos. Si él moría, era capaz de aventarse al río para alcanzarlo. Su padre fue quien le enseñó a escribir y le llenaba de besos y mimos exagerados que provocaban envidias y habladurías entre sus amigos conforme pasaban los años. Hijo seguro, fuerte y decidido, adquirió herramientas de vida gracias al amor de sus padres y hermanas, pues pertenecía a una familia envidiablemente unida. Su padre le enseñó a no rendirse, a apreciar la política y la poesía y a conocer ambas versiones de una historia para hacer sus propias conclusiones. Le gusta ayudar a la gente y luchar por la justicia, pero se considera cobarde
para enfrascarse en los mismos movimientos de su padre. Se describe como un "católico intelectual", pues conservaba las creencias religiosas de su madre. Pasa un día en el manicomio y entiende que la locura es contagiosa y angustiante. A los 19 años se muda a la Ciudad de México por el trabajo de Consejero Cultural de su padre, y vive un enriquecimiento cultural con los escritores de la época, dándose cuenta que la literatura es su vida y pasión. A veces se siente confundido o estancado, pero el amor y recuerdo de su padre le ayudan a sobreponerse de todo.
Padre: Héctor Abad Gómez, hombre amoroso y paciente que llena de cariños y entusiasmo a sus hijos. No administra correctamente el dinero porque siempre hace préstamos a quienes considera más necesitados que él, y no le importa ver de vuelta su inversión. Su despacho con música clásica a todo volumen y la puerta cerrada es el lugar en el que descarga la ira que acumula cuando algo no sale como espera. No le gustó la forma seca y tajante en que su padre le educó, por eso consideró que era el amor, y no la extrema disciplina, lo que haría que sus hijos sintieran confianza para enfrentar al mundo. Mostraba a sus hijos la desgracia ajena para que apreciaran lo que tenían y valoraran la ayuda al prójimo, que era su máxima pasión. Profesor de universidad y
médico del pueblo, visitaba barrios pobres y atendía el fondo del problema: creaba consciencia sobre el uso de agua potable, las vacunas, la alientación adecuada y la resolución de problemas familiares. Lucha contra el gobierno para que coloque agua potable en las colonias marginadas, siendo esa la principal razón de las enfermedades. Los políticos empezaron a verlo como una amenaza, incluso los religiosos, y había quienes deseaban abiertamente su muerte. Respetaba las creencias religiosas de los demás, pero él no estaba seguro de que existiera Dios y apreciara las ofrendas de los demás. Sus amigos universitarios fueron asesinados poco a poco, creando su angustia y aferre a la lucha social. Lo perseguían la derecha e izquierda extremistas y grupos religiosos, pero él siempre mantenía el temple. La enfermedad de una de sus hijas le causa un aumento de peso y una depresión que no supera en toda su vida. El arzobispo no quiso hacer misa en su funeral por considerar que era innecesario darle la bendición a un ateo, pero su hermano Javier lucha para que obtenga su reconocimiento religioso. Fue jubilado a la fuerza de la universidad a los 60 años y se dedica a dar seminarios, cultivar rosas y visitar a sus amigos. Muere asesinado un 25 de agosto, luego de dedicar sus últimos años a la lucha por las libertades sociales de causas que no siempre eran las adecuadas.
Mamá: Cecilia Faciolince de Abad, al tener tantas hijas les decía a todas "niñas", pues se le hacía más fácil que decirle niño a Héctor. Esto no le ofendía a nadie, y su hijo aprendió a ser una más de sus hermanas. Administraba el trabajo y dinero de la casa, pues sabía que su esposo no era bueno para ello. Empezó a trabajar para dejar que Héctor padre pudiera sentirse más relajado en su actividad social, y porque sabía que siempre donaría dinero a cada causa que se lo pidiera. Desde abajo comenzó la creación de una empresa de administración de edificios. Faciolince e hijas dio trabajo a más de 70 mujeres, y ha trabajado en ella incansablemente. Vivía con el temor de que mataran a su esposo y le recomendaba que fuese diplomático y guardara sus opiniones sensibles, pero sabía que no le haría caso. Su relación era de apoyo y respeto mutuo a pesar de sus incontables diferencias. Pensaba que Héctor padre era intocable porque su bondad sería apreciada en todo el país. Fue una excelente guardiana de la familia luego del asesinato de su esposo, dando siempre la cara y sin temor a derrumbarse.
Maryluz: hermana mayor. Se enamoró a los 11 años de Fernando, y le fue fiel hasta el matrimonio, al que llegó incluso antes de terminar la escuela porque no aguantaba las ganas de entregarle su virginidad. A pesar de ser la más grande, era muy inocente y no entendía las bromas. Sus hijos Juanchi y Martha fueron la alegría de la casa.
Clara: siguiente hermana. Era tan bella que una noche le enviaron serenata cuatro chicos diferentes. No se decidió por nadie hasta que llegó su primer esposo, Jorge Humberto Botero, un abogado con buena reputación. Se la llevó a Estados Unidos a continuar con sus estudios, y fue quien recibió a Martha durante su tratamiento, y sufrió de un aborto ante el estrés de la familia.
Se casa luego con Alfonso Arias, su compañero en el momento del asesinato de su padre.
Eva Victoria: siguiente hermana. Le dicen Vicky porque odiaba el nombre de Eva.
Martha Cecilia: siguiente hermana. Como era más pequeña que las otras, vivió otra generación, y las serenatas que le llevaban sus enamorados eran de rock en vez de rondalla. Gustaba de la música, y tocaba desde pequeña el violín y la guitarra, además de cantar muy bien. Cantó en el Cuarteto Ellas, yendo de gira a diferentes países que los demás hermanos ni soñaban conocer. Era la mejor estudiante de todos los hermanos, y hacía que Héctor se sintiera disminuido por su fortaleza y seguridad en sí misma, además que imitaba a las personas apenas las conocía, pues aprendía a ver en su interior. A los 16 años sufre de melanoma, llevando un costoso y angustiante tratamiento en los Estados Unidos. Tenía dos novios: Hernán y Andrés. Uno le gustaba espiritualmente y el otro en el plano carnal. No sabía por cual debía decidirse. Su historia es parte aguas de la familia.
Sol Beatriz: hermana menor a la que llamaban Solbia. Estudió medicina en una universidad privada, y admiraba y respetaba mucho a su padre en el ámbito profesional. De niña casi se ahoga frente a Héctor, haciéndole ver que era un cobarde que no sabía solucionar problemas. Los dos son quienes más se juntan por su cercanía de edad. Heredó el gusto de su padre por la medicina social, y continuó su legado en la prevención y tratamiento de necesidades básicas en las comunidades pobres de Colombia.
Doctor Richard Saunders: estadounidense que cada seis meses iba con Héctor padre a hacer voluntariado en su propuesta "Future for the Children". Creía en las convicciones de la familia y es apreciado por la misma, dejándole dormir en casa con las mejores sábanas y usando la mejor vajilla.
Joaquín García Benítez: arzobispo de Medellín y tío de Cecilia, quien lo veía como un padre porque se crió con él luego de su temprana orfandad. Huyó de México en la Guerra Cristera y tras dos visitas a la cárcel, pudo volver en un bote de remos desde Cuba. Con los años, fue olvidando sus causas y firmando cada papel que le daban. Uno de ellos era una carta de protesta contra
Héctor padre. No estaba de acuerdo en su modo de pensar, pero tampoco le atacaba, pues le apreciaba por ser como su yerno. Debido a esta burla renunció a la arquidiócesis, quedándose en la calle por seguir fielmente los votos de pobreza, pero con la consciencia limpia y feliz.
Tío Javier: hermano de Héctor padre, sacerdote. Viajó para dar la misa de sus funerales, con un discurso emotivo y hermoso que hablaba de lo mártir que fue al defender sus ideales hasta el final. Peleó contra el arzobispo para que su hermano tuviera un último derecho religioso. Ese acto de defensa y valor hizo feliz a toda la familia.
Doña Betsabé: mujer muy católica que salia de misa y cruzaba la calle de espaldas, despidiéndose de sus amigas, sin fijarse en la calle, siendo arrollada por Héctor, rompiéndole los huesos en un aparatoso accidente que ve como un milagro, pues saca momentáneamente
a sus hijos de la pobreza.
Alberto Aguirre: amigo de Héctor padre que decide exiliarse en España y ser quien recibe a Héctor hijo cuando sale del país para salvar su vida. Parece un loco por la forma en que grita en plena calle. Recita poemas de memoria y llora por cualquier cosa, no importándole que le vean. Es un lazo de apoyo entre Héctor y su padre, y un buen amigo cuando empieza a reorientar su camino.
Retacitos para el librero
Mi papá siempre pensó, y yo le creo y lo imito, que mimar a los hijos es el mejor sistema educativo. En un cuaderno de apuntes (que yo recogí después de su muerte bajo el título de Manual de tolerancia) escribió lo siguiente: «Si quieres que tu hijo sea bueno, hazlo feliz, si quieres que sea mejor, hazlo más feliz. Los hacemos felices para que sean buenos y para que luego su bondad aumente su felicidad». Es posible que nadie, ni los padres, puedan hacer completamente felices a sus hijos. Lo que sí es cierto y seguro es que los pueden hacer muy infelices.
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Porque los padres no quieren igual a todos los hijos, aunque lo disimulen, sino que en general quieren más, precisamente, a los hijos que más los quieren a ellos, es decir, en el fondo, a quienes más los necesitan.
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La abuelita Eva decía que era «completamente imposible educar niños sin el rejo y sin el Diablo», y así se lo hacía saber a mi mamá, que no usaba ni lo uno ni lo otro. Mi abuelo a veces comentaba sobre mí: «A este niño le falta mano dura». Pero mi papá le respondía: «Si le hace falta, para eso está la vida, que acaba dándonos duro a todos; para sufrir, la vida es más que suficiente, y yo
no le voy a ayudar».
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Todavía conservo estos libros, firmados por mí en 1967, con esa incierta caligrafía de los niños que apenas están aprendiendo a escribir, y con la firma que usé durante toda la infancia: Héctor Abad III Me la había inventado para terminar las cartas que le mandaba a mi papá durante sus viajes a Asia, y le daba esta explicación: «Héctor Abad III, porque tú vales por dos».
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En últimas, en asuntos de religión, creer o no creer no es sólo una decisión racional. La fe o la falta de fe no dependen de nuestra voluntad, ni de ninguna misteriosa gracia recibida de lo alto, sino de un aprendizaje temprano, en uno u otro sentido, que es casi imposible de desaprender. Si en la infancia y primera juventud se nos inculcan creencias metafísicas o si por el contrario nos enseñan un punto de vista agnóstico, o ateo, llegados a la edad adulta será prácticamente imposible cambiar de posición. Los niños nacen con un programa innato que los lleva a creer, acríticamente, en lo que afirman con convicción sus mayores. Es conveniente que sea así pues qué tal que naciéramos escépticos y ensayáramos a cruzar la calle sin mirar, o a probar el filo de la navaja en la cara para ver si corta de verdad, o a internarnos en la selva sin compañía. Creer a ciegas lo que le dicen los padres es una cuestión de supervivencia, para cualquier niño, y en eso caben los asuntos de la vida práctica como también las creencias religiosas. No creen en fantasmas o en personas poseídas por el demonio quienes los han visto, sino aquellos a quienes se los hicieron sentir y ver (aunque no los vieran) desde niños.
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Hay un momento en que la vida de los seres humanos se vuelve más valiosa, y ese momento, creo yo, coincide con esa plenitud que trae el final de la adolescencia. Los padres han estado muchos años cuidando y modelando la persona que los va a representar y a reemplazar; al fin esa
persona empieza a volar sola, y como en este caso, vuela bien, mucho mejor que ellos y que todos los demás. La muerte de un recién nacido, o la de un viejo, duelen menos.
Hay como una curva creciente en el valor de la vida humana, y la cima, creo yo, está entre los quince y los treinta años; después la curva empieza, lenta, otra vez a descender, hasta que a los cien años coincide con el feto, y nos importa un pito.
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Los humanos, en el dolor más hondo, podemos sentirnos confortados si en la pena nos conceden una rebaja menor.
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«¡Alegría, Aleluya, Alegría! A veces Dios nos hiere en lo que más amamos, para recordarnos lo que le debemos. Alegría, aleluya, alegría».
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La fijación de metas distingue a unos hombres de otros.
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Pues entendí que la única venganza, el único recuerdo, y también la única posibilidad de olvido y de perdón, consistía en contar lo que pasó, y nada más.
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Yo recordaba que muchas veces mi papá me había dicho que todo ser humano, la personalidad de cada uno, es como un cubo puesto sobre una mesa. Hay una cara que podemos ver todos (la de encima); caras que pueden ver algunos y otros no, y si nos esforzamos podemos verlas también nosotros mismos (las de los lados); una cara que sólo vemos nosotros (la que está al frente de nuestros ojos); otra cara que sólo ven los demás (la que está frente a ellos); y una cara oculta a todo el mundo, a los demás y a nosotros mismos (la cara en la que el cubo está apoyado). Abrir el
cajón de un muerto es como hundirnos en esa cara que sólo era visible para él y que sólo él quería ver, la cara que protegía de los otros: la de su intimidad.
** Escenas Inolvidables **
Cuando lo leas, no te las pierdas.
- La infancia de Héctor con un papá amoroso.
- La dura enfermedad de Martha.
- El intento de suicidio en el desierto de México.
- El crecimiento espiritual del autor en México.
- El asesinato de Héctor padre.
- La lucha de Cecilia por levantar a su familia.
- La extravagancia de Alberto Aguirre.
Contigo aprendí:
Palabras aprendidas con esta lectura:
1.- animadversión
Sentimiento de oposición, enemistad o antipatía que se tiene hacia una persona.
2.- borborigmo
Ruido intestinal producido por el movimiento de los gases y los líquidos a través del intestino.
3.- eximio
Que es ilustre o excelente.
4.- hagiografía
Historia de la vida de un santo; puede tener carácter literario narrativo o dramático.
5.- íngrimo
Que está sin compañía / Lugar solitario.
6.- pundonor
Sentimiento de dignidad personal que exige a uno mismo atención y dedicación continua en una labor o profesión.
7.- presciencia
Conocimiento de las cosas futuras.
8.- tósigo
Veneno, ponzoña.
9.- vesania
Demencia furiosa.
Ficha técnica.
Año: 2006
Género: novela testimonio, diario
¿Real o irreal?: COMPLETAMENTE REAL. Vida y obra del autor y de su padre antes de que se diera la orden de asesinarlo.
[En C o n t e x t o ]
- Colombia en 2006 -
Sucedió la Masacre de Jamundí. El "Batallón de Alta Montaña No. 3" del ejército de Colombia atacó un cuerpo élite de la DIJIN, muriendo 10 policías y un civil. Dos años después el capitán de la misión, Teniente Coronel r. Bayron Gabriel Carvajal Osorio, a pesar de haberse justificado diciendo que había confundido al grupo que asesinó, recibió una sentencia de 54 años de cárcel
sin opción a que se viera reducida su sentencia.
El 28 de mayo se realizaron las elecciones presidenciales. Fueron las primeras en las que un presidente activo se lanzó para una reelección, la cual ganó. El presidente del que se habla es Álvaro Uribe, líder del país de 2002 a 2010 y que ganó por el 62% a candidatos como Carlos Gaviria Díaz, Horacio Serpa y Antanas Mockus.
Fernando Araújo Perdomo, ministro de desarrollo, huye en diciembre de un secuestro de las FARC, las cuales durante todo el año cometieron asesinatos a diferentes grupos de pobladores colombianos.
*Detalles Q-riosos*
- El título de la obra viene del poema de Jorge Luis Borges "Aquí. Hoy", que comienza con la frase "ya somos el olvido que seremos" y que Héctor Abad transcribió en una nota junto con la lista de sus compañeros en amenaza de muerte. Héctor hijo recogió las pertenencias de su padre el día de su asesinato, y encontró estas notas.
- La lista de los amenazados a muerte contenía nombres como el periodista Jorge Child, el ex canciller Alfredo Vázquez Carrizosa, el columnista Alberto Aguirre, el líder político Jaime Pardo Leal, la escritora Patricia Lara, el abogado Eduardo Umaña Luna y el cantante Carlos Vives.
- El poema completo dice:
Ya somos el olvido que seremos.
El polvo elemental que nos ignora
y que fue el rojo Adán, y que es ahora,
todos los hombres, y que no veremos.
Ya somos en la tumba las dos fechas
del principio y el término. La caja,
la obscena corrupción y la mortaja,
los triunfos de la muerte, y las endechas.
No soy el insensato que se aferra
al mágico sonido de su nombre.
Pienso con esperanza en aquel hombre
que no sabrá que fui sobre la tierra.
Bajo el indiferente azul del Cielo
esta meditación es un consuelo.
*¿QUÉ PREMIO HAY?*
En 2008 fue acreedora al Premio de Literatura Casa da América Latina/Banif en Lisboa, premio concedido a la mejor obra latinoamericana publicada en Portugal.
También obtuvo el Premio Wola-Duke en Derechos Humanos (en 2012), otorgado a obras contemporáneas que hagan mención a los derechos humanos, la democracia y la justicia social en América Latina, ganando un premio en efectivo. WOLA promueve la defensa de las libertades
sociales desde sus oficinas en los Estados Unidos, por lo cual cuenta con influencia en la política de dicho país.
¿Cine o televisión?
Tuvo la representación de un documental llamado "carta a una sombra", estrenado en Colombia el 12 de marzo de 2015, con guion del autor y producción de Miguel Salazar y Daniela Abad, hija del autor y nieta de Héctor Abad.
El autor nos habla:
https://www.youtube.com/watch?v=ScKuXDU4jBA trailer del documental "carta a una sombra".
Escribe...
Héctor Joaquín Abad Faciolince nació en Medellín, Colombia, un 1ro de octubre de 1958 y es creador de Angosta Editores, editorial independiente en Colombia desde el año pasado.
Estudió medicina, filosofía y periodismo en Colombia, y lenguas y literatura moderna en la Universidad de Turín. Ha trabajado como columnista en los diarios Semana y El Espectador.
Estudió en escuelas católicas por iniciativa de su madre, ya que eran las que mejores programas académicos manejaban. Desde sus primeros estudios comienza a escribir criticas y notas sobre sus maestros y la escuela en una revista llamada Criterio, hecha en colaboración con su amigo Mauricio García Villegas.
Comenzó a publicar luego del asesinato de su padre, y desde ese entonces ha ganado reconocimientos como el Premio Nacional de Cuento en 1981 (Colombia), Beca Nacional de Novela (1994) y el Premio Simón Bolívar de Periodismo de Opinión (1998). En España se hace acreedor al I Premio Casa de América de Narrativa Innovadora en el año 2000.
Ha traducido obras italianas como La Sirena y otros relatos, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa; Quid pro quo de Gesualdo Bufalino; Apostillas a El nombre de la rosa de Umberto Eco; cuentos de Italo Calvino, Leonardo Sciascia, Stefano Benni, Natalia Ginzburg, etc.
Dirigió publicaciones como la Revista Universidad de Antioquia (de 1993 a 1997) y la Colección Celeste de literatura, en la Editorial Universidad de Antioquia, y fue director del Fondo Editorial de la Universidad EAFIT. Por ahora dirige la biblioteca universitaria EAFIT, y creó el premio Biblioteca de Narrativa Colombiana, entregado anualmente desde 2015.
Ha sido conferencista invitado en Verona, Turín, Florencia, Cagliari y Bolonia, y ha sido invitado a eventos literarios en numerosos países como Austria, Francia, España, Hungría, Estados Unidos, Perú, Venezuela, Ecuador, Argentina y Costa Rica.
Es miembro jurado del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo, entregado anualmente por la FNPI en Medellín, Colombia.
Obra representativa:
El olvido que seremos (2006)
“La felicidad está hecha de una sustancia tan liviana que fácilmente se disuelve en el recuerdo, y si regresa a la memoria lo hace con un sentimiento empalagoso que la contamina y que siempre he rechazado por inútil, por dulzón, y en últimas por dañino para vivir el presente: la nostalgia”.
Lee conmigo en:
https://www.lectulandia.com/book/el-olvido-que-seremos/
[PosData]
En La Vida Real:
[ Río Medellín ]
Río colombiano con una longitud de 100 km que atraviesa la ciudad de Medellín y el área metropolitana. Se encuentra sumamente saturado y contaminado, ya que se cree que el 60% de la población de Antioquía vive a sus faldas. Desde el puente Guayaquil hasta el puente de la calle San Juan cada navidad el río es adornado con luces por la empresa EPM.
[ Abad Faciolince Inmobiliaria ]
Negocio en el que actualmente laboran Cecilia y sus hijas.
Web oficial: http://www.abadfaciolince.com/
[ Enciclopedia Colliers ]
Enciclopedia general de Estados Unidos de 24 volúmenes que fue publicada de 1950 a 1962. La edición publicada en 1997 contiene 23 mil entradas a color con artículos largos. Tiene una versión CD-ROM a la venta en 1996. No tiene una versión online porque sus derechos fueron divididos entre la compañía Atlas y Microsoft, quien creó la enciclopedia Encarta.
[ La Tempestad - Giorgione ]
Óleo sobre lienzo creado por Giorgine en 1508 por encargo del noble Gabriel Vendramin. La mujer desnuda amamantando a su bebé simboliza la pureza y la maternidad, mientras que el hombre defendiéndola a su lado simboliza la fuerza masculina.
[ Niña mostrando su herida ]
Carboncillo sobre lienzo creado por German Londoño en el año 2000.
[ Melanoma ]
Se conoce como factor de riesgo exponerse a la luz ultravioleta de las camas de bronceado o a la luz del sol sin la protección adecuada, tener una piel muy blanca con exceso de pecas, un sistema inmune debilitado o factores hereditarios. Al detectarse a tiempo es posible combatirlo con cirugía y quimioterapia.
[ Cardenal López Trujillo ]
Alfonso López Trujillo fue un cardenal colombiano de la iglesia católica que obtuvo el puesto de presidente del Pontificio Consejo para la Familia en el Vaticano. Fue ordenado sacerdote en 1960 y murió el 19 de abril de 2008 en Roma, Italia, a los 72 años por complicaciones de diabetes. Su filosofía contra las enfermedades venéreas era la abstinencia y sentenciaba como maligno el uso del condón, además de no estar de acuerdo en la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo. Fue uno de los candidatos al papado en 2005 junto con poco más de 100 cardenales más, pero el cónclave dio como resultado el papado de Benedicto XVI.
[ Manual de tolerancia ]
Libro publicado post mortem de Héctor Abad Gómez en el que su hijo recopila manuscritos que dejó pendientes para editar. Habla sobre los valores y la carencia de estos en la sociedad, enfocado en su mala experiencia con el gobierno colombiano al tratar de mejorar la calidad de vida de sus paisanos de clases bajas. Vio la luz en 1988.
[ "Los mártires de la Universidad de Antioquia" ]
Para entender la indignación colombiana ante la ola de asesinatos de libres pensadores, se recomienda leer este articulo:
http://www.elespectador.com/noticias/judicial/los-martires-de-universidad-de-antioquia-articulo-370118
[ Carlos Castaño Gil ]
Conocido como "el Comandante, el Fantasma o el Pelado", fue un paramilitar colombiano líder de las Autodefensas Unidas de Colombia, fuerzas conjuntas con el gobierno y milicia del país para exterminar a grupos radicales o que representaran un peligro para sus propósitos. Su familia estuvo relacionada con la milicia y el narcotráfico. Ha sido acusado del asesinato de miles
de campesinos, políticos y activistas de izquierda como Bernardo Jaramillo Ossa, Carlos Pizarro, Jaime Pardo Leal y el humorista político Jaime Garzón.
Fue asesinado por órdenes de Vicente "el Profe", líder de un grupo paramilitar rival en 2004.
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