Y es así como nos encontramos con el final de esta grandiosa trilogía que hasta el último momento nos mantiene con el misterio en las manos.
En esta ocasión sabemos "lo que en realidad pasó", pues en las dos obras anteriores hay huecos de irrealidad, pequeños detalles para los que no hay explicaciones y que sólo los lectores más ávidos pueden notar.
Claus y Lucas muestran sus infancias, su terrible adolescencia luchando por encontrarse, y la profunda tristeza de su vida adulta.
Este sí es un verdadero cierre, el lector puede por fin sentir la paz de cerrar un ciclo y entenderlo todo, es la verdadera cereza del pastel.
En esta ocasión entendemos el pasado de Lucas mientras espera a que se decida su destino confinado en una celda de prisión. Nos enteramos de su dura infancia en un centro de rehabilitación por una cojera por poliomielitis. Era un niño amargado, dolido por la ausencia de amor, que se ganó a pulso la soledad en el centro, y que por ello cuando llegó el bombardeo de la guerra no tuvo a donde ir. Toda su vida ambos hermanos vivieron el desencuentro, soñando con estar de frente el uno con el otro y estandolo en realidad, pero sin darse cuenta de ello.
Claus se quedó del otro lado del camino, cuidando a su madre enferma de desesperanza, quien vive cada día de su vida esperando volver a ver a Lucas y que compara a ambos de una forma tan hiriente que logra que Claus odie a su hermano y espere que nunca regrese. Claus se dedica a la imprenta y se vuelve un poeta anónimo que vive un amor prohibido: la única mujer en su vida será su media hermana...
Cada suceso narrado en esta obra desenmaraña los misterios de las dos anteriores. Entenderemos el otro lado de la narración, y resultará gratificante para el lector hilar los detalles. Es lo que la hace más deliciosa.
¿El dolor? Sigue siendo el mismo. ¿El vacío de la ausencia? También. Los tres libros te dejan vacío por dentro, pero valen totalmente la pena.
Publicada en 1992, esta novela es obra de la maravillosa escritora húngara Agota Kristof, quien tuvo que huir tras la Revolución Húngara de 1956 a un pequeño poblado en Suiza, donde conformó a su familia y comenzó su vida literaria escribiendo en francés.
En este mismo pueblo muere a los 75 años, el 27 de julio de 2011.
¿Una probadita de la obra?
—Lo que quisiera
saber es si escribe cosas que han ocurrido de verdad o cosas inventadas.
Le contesto que
trato de escribir cosas que han ocurrido de verdad pero que, en un momento
dado, la historia se hace insoportable por su misma verdad y entonces me
veo obligado a
modificarla. Le digo que intento contar mi historia pero no puedo, no tengo
valor, me hace mucho daño. Entonces lo embellezco todo y describo las cosas
no
como sucedieron sino como yo querría que hubieran sucedido.
Ella dice:
—Sí. Hay vidas que son más tristes que el más triste
de todos los libros.
Yo digo:
—Exactamente. Por muy triste que sea un libro, nunca
puede ser tan triste como la vida.
…
Si uno piensa, le
resulta imposible amar la vida.
…
Digo a mi compañero:
—Pronto se morirá,
mi árbol.
Dice él:
—No sea sentimental.
Todo muere.
Si quieres ser parte de esta obra, descárgala aquí: https://www.lectulandia.com/book/la-tercera-mentira/
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