[ 2020 lectura lineal ] Caspar Hauser - Jakob Wassermann [ #14 - 6to año ]

Lectura: Caspar Hauser

Hablamos de: novela

Autor: Jakob Wassermann

País: Alemania

, Trama: una de las grandes incógnitas en la historia de Alemania: la breve vida de un niño abandonado, semi salvaje, que llega a un pueblo con harapos y una carta, que no sabe hablar ni caminar, y que al parecer es el hijo bastardo de una princesa. El pueblo le ama, o le odia. Dependiendo del sentir de la persona con quien esté, serán sus consecuencias.

[¿A QUÉ PÚBLICO SE LE RECOMIENDA ESTA LECTURA?]

Adolescentes y adultos, es una historia de fácil comprensión y desarrollo, y de dominio popular.

¿Qué nos dice?

El cómo, no importando la época en la que vivamos, el ser humano puede ser cruel, violento, puede dificultar la vida de quien le cause miedo o pesar, o puede ser un ángel que le dé la oportunidad que ha estado necesitando. Al parecer, no creemos en un alma bondadosa, y no podemos dar crédito a verdades que vayan más allá de lo que aprobamos.

Temas que trata: robo, abandono, tortura, encierro, maltrato, odio, repulsión, inocencia, miedo,  búsqueda de identidad, bondad, sociedad, instinto maternal, protección, educación, religión, clases sociales altas, incredulidad, nobleza, leyenda, asesinato.

Dificultad de lectura: bajo. La historia te va llevando.

¿Qué se rescata?

La crueldad humana (obligándolo a comer diferentes productos y riendo con las arcadas que le provoca)

El amor puro que despierta Caspar en las mujeres

La inocencia con la que ve la belleza en la naturaleza

Lo odioso del personaje de Quandt, que hace que el lector quiera darle de golpes

La fuerza con la que Caspar aprende a defenderse

¿Qué sensación me deja?

Me ha gustado la historia, pero me ha frustrado que no se ha encontrado la verdad, ¡han pasado cientos de años! Me gusta la belleza del personaje, las buenas intenciones que despierta, la atención que genera, y me hubiera gustado que se le tratara con más amor, porque fue lo único que él entregaba. Creo que es una historia que vale la pena conocer.

Personajes para recordar

 Caspar: a sus 17 años llega a la ciudad, con una madurez intelectual de niño de dos años, sin poder hablar, caminando con dificultad, y temiendo la luz del día, pues pasó su infancia encerrado en una mazmorra oscura, acostado sobre una cuna de paja. Sólo comía pan y agua, escribía a medias su nombre y repetía frases sin sentido. La gente desconfió de su presencia, pero generó una obsesión colectiva por saber quién era y de dónde venía. Al ser criado en plena oscuridad, sabía leer sin luz y distinguir movimientos y colores. Le gustaba jugar con pequeños caballos de madera. La gente es cruel con él: lo obligan a comer, le meten objetos por la boca y nariz, le hacen caminar hasta desangrarse, le hacen ruidos fuertes. Lo visitan demasiados, causando crisis de ansiedad en él. Es adoptado por Daumer, quien le da una cama y una familia en la que se siente seguro. Es bueno con los animales, pero malo con la religión, porque su inocencia le empuja a buscar las mejores respuestas. No comprende de relaciones sociales ni buenos modales, pero aprende a mentir fijándose en cómo se relacionan los demás. Recibe amenazas de muerte y se siente perseguido, pero nadie le cree, piensan que es un chiquillo que quiere seguir llamando la atención como una novedad. Comienza a ir a la escuela y es mudado a la casa Behold, donde sufre con la señora, sus prejuicios, sus regaños y sus acosos. Es protegido por guardias a donde quiera que va, y molestado en las clases por ser el chico mayor y no entender las lecciones. Le gustaba estar solo, contemplar la naturaleza, escuchar a la gente y estar en el rincón de las habitaciones, como cuando estaba encarcelado. En la casa Behold es limitado en sus lecturas y puesto al frente de los eventos sociales, como si fuera un fenómeno para llamar la atención. No le gusta la señora Behold, porque no es sincera. Un altercado hace que deba mudarse por tercera vez, ahora con el señor Tucher, con quien pronto se siente atado. Al comenzar los rumores de que es el bastardo de una princesa, se da cuenta lo mucho que ha echado de menos tener padres y la estabilidad de un hogar, como los demás niños. Stanhope se convierte en su salvador, en lo único en que piensa, en quien le sacará de la miseria, y le hace escribir y dibujar en su diario la maravillosa vida que tendrá cuando el lord lo devuelva con su madre. Poco a poco va perdiendo la fe en la humanidad, al darse cuenta que es burlado y que sus fantasías son rotas. Se muda por última vez, con Quandt, que es el más indescifrable de los profesores que ha tenido, y que le controla obsesivamente: lee su correspondencia, se queda con su dinero, escucha sus conversaciones y siempre le está retando. La señora Imhoff es su amiga, lo protege de los ridículos sociales que pretenden hacerle pasar. Le teme a Hickel y le apena que nadie le deja ser libre, pero encuentra en su amistad con Clara un bello momento para sentirse amado.

Hil: guardia de la prisión en la torre, donde Caspar es hospedado mientras se decide su destino. Siente pena por su inocencia y por lo mucho que le molestan los visitantes, pero le pagan buenas propinas por dejarlos pasar a torturarlo, así que se hace el que no ve. Sabe que el corazón de Caspar es puro, aunque a muchos les asuste que se acerque.

Profesor Daumer: al conocer a Caspar, siente que tiene una misión divina con él para mostrar lo que es un alma pura. Lo adopta de inmediato porque no quiere que se contamine con la pesadez de la sociedad, trata de escuchar su historia y enseñarle los primeros modos: comer varios platillos, hablar, escribir, ser amable con las visitas. Su madre y hermana le apoyan, pero se dan cuenta de la obsesión en que se convierte ese interés fraternal y didáctico. Deja que la gente le visite y vea lo que va aprendiendo, pero le da pauta a conocer las mentiras, además de que recibe amenazas de muerte en su casa, lo que hace que crea que es inseguro tenerlo ahí, y deja que se vaya a un segundo hogar adoptivo. 

Señor von Tucher: parte del comité que debe evaluar la salud mental de Caspar cuando llega al pueblo. Le da al chico un tercer hogar, esperando que nadie interfiera en su modo de tratar de educarlo. Confía en Daumer y en sus observaciones previas. Lo educa con férreas ideas sobre la humildad y los principios, con tutores escolares y religiosos. Cuando Caspar conoce al lord y empieza a darle dinero y joyas, considera impúdico que las tenga, pero como Caspar las defiende con tenacidad, considera que se vuelve violento y malagradecido, deja poco dinero para sus gastos y se va a una casa de campo a esperar que alguien más se encargue "de sus caprichos". Es un hombre atormentado con la pobreza y los estrictos valores sociales, tanto así que no logra tener amistades estables por lo crudas que son sus convicciones.

Presidente Feuerbach: conoce a Caspar cuando llega a la torre, y hay de inmediato una conexión entre ellos, una relación de calidez y respeto que no tiene con nadie más. Es su primer protector. Le regala un diario de pasta azul que se convierte en su tesoro. En sus incesantes viajes, investiga la creencia de la procedencia noble de Caspar, y se interesa mucho por su integridad y su permanencia en el pueblo. Piensa que tiene lógica que haya sido víctima de juegos de poder de la nobleza, por la forma en que lo mantuvieron vivo, pero alejado hasta de sí mismo, para que no reclamara sus derechos. Quiere demostrar que es inocente, que su encierro no se debió a que cometiera un crimen (como todos se empeñan en pensar), pero le gana el tiempo cuando empieza a sufrir robos y amenazas en su casa. Escribe un libro sobre las crueldades que se cometieron con Caspar, y siente debilidad por Hickel, al que obedece como si fuera su domador.

Señora Behold: se ofrece a adoptar a Caspar, siendo su segundo hogar. Lo exhibe en sus reuniones, lista para estar en el centro de atención por su caridad y sus esfuerzos en cuidarlo, cuando en realidad lo maltrata hasta el cansancio. Es una mujer vacía, materialista e interesada que no gusta a muchos.

Lord Henry Stanhope: cuando llega al pueblo, llama la atención de todos por lo ostentoso de su vestuario y su hospedaje. Busca a Caspar para llevarlo con su madre, le dice que debe huir con él sin que nadie lo sepa, esperando que nadie revele sus planes. Caspar le quiere, le ve como la mayor de sus esperanzas. Exagera en los buenos deseos hacia él, en los planes de un futuro perfecto, y crea controversia entre los defensores de Caspar (que se alegran de que haya legado), y sus opositores (que creen que no lo merece). Pelea con Tucher por la custodia de Caspar. Tucher no se fía de su despilfarro económico, pues cree que no puede ser alguien confiable si derrocha su fortuna sin pensar. Da grandes banquetes, regala joyas y no le importa mostrar su cariño por Caspar. 

Teniente Hickel: policía encargado de la vigilancia de Caspar. Es cercano al presidente, y ofrece sus servicios al lord, para tenerlo controlado. Es un hombre violento y temible, que se burla de Caspar hasta hacer trizas su confianza. Lo odiaba, lo consideraba una pérdida de tiempo, y disfrutaba del miedo que sabía le causaba. Está enamorado de Clara, pero a ella le causa asco por su mal y descuidado aspecto. No sabe tener relaciones cordiales con las mujeres. Su papel intimida y molesta al lector.

Profesor Quandt: es el cuarto en adoptar a Caspar. No cree que sea gran cosa ni que deba despertar el interés que todos le tienen. Le da clases sin esperanzas de que aprenda más, pues lo considera poco apto. Por fuera, era recto y escrupuloso, pero por dentro, ardía en él la llama revolucionaria. Gustaba de juzgar a cada persona que veía, cada día, disfrutaba con esas realidades alternas que se creaba, en las que él marcaba los principios y los valores con los que vivía la sociedad. Lord Stanhope le convence de que Caspar guarda sus peores secretos en su diario, y se obsesiona día tras día con encontrar el manuscrito y hacerlo quedar como un fraude frente a todo el pueblo. Su misión es que le vean como el que abrió los ojos a todo un pueblo, librándolos del estafador. 

Señora von Imhoff: mujer adinerada que apoya a Caspar desde su llegada al pueblo, que le ayuda con consejo, amor y dinero, y le presenta a Clara, de quien es amiga desde hace muchos años.

Clara von Kannawurf: amiga de la señora von Imhoff, es hermosa y delicada, deseada por muchos por sus rasgos árabes. Propone a Caspar que huya con ella, que sean libres juntos, pues poco a poco se va enamorando de su pureza. Conversan, se conocen, se miran, se tocan, pero Caspar ve en ella a una hermana.

Schildknecht: militar que Hickel pone en la vigilancia de Caspar, esperando que lo mantenga a raya, pero se hacen amigos porque es un alma noble que espera ayudarlo, al darse cuenta de la crueldad con la que es tratado. Le ayuda a enviar una carta para su madre, fiel a la verdad.

Retacitos para el librero

                                                 que ríe sobre la misma tierra de siempre, 

del mismo barro y de la misma sangre
Dios, el hombre y el niño han sido hechos.
Nada desaparece y nada queda,
todo es joven y al mismo tiempo es viejo
y la muerte y la vida se confunden,
y la figura se convierte en símbolo.

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Esto es el aire, Caspar; no puedes sujetarlo, pero está aquí; cuando se mueve, se

convierte en viento, no has de temerle al viento. Lo que queda detrás de la noche

pasada es ayer; lo que vendrá después de la noche próxima es mañana.
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Yo repuse a mi vez que Dios tiene motivos, a nuestro ver incomprensibles, para negarnos muchas cosas que creemos beneficiosas; con frecuencia su deseo es probar nuestra virtud con sufrimientos y penas que debemos soportar con paciencia y resignación.
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—No se trata de dudas ni de negaciones —replicó Daumer enojado—. Dios no mora en el cielo, sino solamente en nuestro pecho. Los espíritus ricos lo incluyen en su sentimiento, que todo lo abarca; los espíritus pobres lo advierten a partir de las necesidades espirituales de la vida y lo llaman fe; podrían llamarlo también miedo. El verdadero Dios se muestra en la belleza y en la alegría de crear.
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Cada campesino debe contar para la siembra con las tormentas y el mal tiempo, y sólo un hombre engreído puede creer que se basta a sí mismo.
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No es por medio del verbo como puede mostrársenos el alma.

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Se es profeta y se siente compasión de uno mismo; se conoce a los hombres y se

sabe que el fuego arde y quema, que la aguja pincha y que el conejo, en cuanto le

alcanza un disparo, cae sobre la hierba y muere; se conocen los resultados de cuanto

se hace, ¿no es cierto, señor Daumer? Pero ¿basta este motivo para lanzarse contra

los acontecimientos como contra un enemigo que alzara la espada para esquivar el

golpe? No, no es suficiente motivo. ¿O basta quizá para anular una pequeña decisión?

No, no basta. En este sentido, tanto idealistas como educadores de almas están en el

mismo plano de ladrones y usureros.

Se llega a casa filosofando, se tumba uno en la cama, y a la mañana siguiente se

siente mucho más de acuerdo consigo mismo que en la noche anterior, tan llena de

preocupaciones por el prójimo.
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La mancha de un gran pecado puede borrarse por el arrepentimiento o el dolor, mas las pequeñas faltas y maldades que se acumulan en las muchas horas de innumerables días carcomen el alma y devoran la obra de toda una vida.

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Pero así es la vida: quiere ser vivida. Uno come, bebe, duerme, va al sastre, se pasea, se hace cortar el pelo, y los días futuros siguen a los pasados, ininterrumpidamente, como si nada hubiera sucedido. Y lo mismo, exactamente, les ocurre a aquellos a quienes la

conciencia debiera desolarles los sentidos y secarles las venas: beben, comen,

duermen, ríen, se divierten y sus fechorías resbalan por ellos como el agua por las

vertientes de un tejado.
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También yo soy un fiel servidor… de mí mismo. Nuestra obra lo exige. Y

nuestros placeres son los verdugos del alma. Sólo merecería ser ahorcado el

ladrón sin gota de filosofía en el cuerpo. En mi juventud me sobraban

lágrimas que verter al contemplar aquel joven guitarrista del cuadro de

Carpaccio, que se halla en Venecia; ahora permanecería impasible si se

arrancara a un niño de los brazos de la madre para partirle el cráneo contra un

muro. Todo esto es obra de la filosofía. Si la pagaran mejor, quizá sería más

alegre.
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Por un simple bocado de pan un pordiosero se convierte en príncipe de la

palabra.
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—¿No es bello el bosque? —preguntaba entonces la joven con toda su pasión a

flor de labios. Y reía alegremente al coger una flor de un prado y exclamar—: ¿No es

bella?

—Es bella —replicaba Caspar.

—¿Así, tan secamente, tan en serio?

—Sólo desde hace poco tiempo me doy cuenta de que todo esto es bello —le

advertía Caspar—. Lo más bello no lo advertimos hasta el final de nuestra vida.

** Escenas Inolvidables **

Cuando lo leas, no te las pierdas.

- La crueldad con la que es tratado Caspar en la celda de la torre, con la visita del pueblo

- La fe de Daumer, el amor con el que cree en Caspar como se cree en un hijo

- La señora Behold investigando si Caspar sabe sobre el sexo

- Las entradas del diario de Caspar que logran ser conocidas

- Caspar en la nieve en espera de la bolsa morada

- La locura de amor de Clara

Ficha técnica

Año: 1908

Género: novela

¿Real o irreal?: la historia es real, y sigue siendo un enigma para la sociedad alemana.

Escribe...

Jakob Wassermann nació en Baviera, Alemania, el 10 de marzo de 1873. Fue un hombre obsesionado con la búsqueda de la verdad y la justicia, delator en sus obras de las irregularidades políticas y sociales de su época. Se preocupó por la comunidad judía y el miedo que comenzaron a tener a la llegada del nazismo, pero no le alcanzó la vida para presenciar el desenlace de sus compañeros de fe.
Desde joven quiere dedicarse a la literatura, pero su padre se lo impide, porque le muestra que el comercio es el único medio para ganar dinero. Lo mandan a aprender sobre abanicos para atender la tienda de su tía, pero ahí se rebela y cae en la miseria y el alcoholismo. Fue editor de la revista Simplicissimus (de corte satírico). Se casó con Julie Speyer, con quien tuvo cuatro hijos. Llega a la fama con su obra sobre Caspar Hauser, convirtiéndose en el autor más leído y traducido de su tiempo. Asustado por el nazismo, se auto exilia en Austria, donde escribe su obra más importante. Se va alejando de sus amigos por su miedo político. Los nazis quemaron sus obras, mientras que él muere de un infarto al comenzar el año de 1934, a los 60 años de edad.

Obra representativa:

El caso Mauricio (1928)

x ¿Lo reelerías? x

 Sí. Me gusta su estilo y creo que todavía tiene más por decirme.

"La tristeza no es, en muchos casos, sino la forma más refinada de la hipocresía".

Lee conmigo en: https://www.lectulandia.co/book/caspar-hauser/

[Pos.Data]

[En.La.Vida.Real]

[Paul Johann Anselm von Feuerbach]

(1775-1833) Criminalista alemán, redactor del Código Penal de Baviera en 1813. Padre del conocido filósofo Ludwing Feuerbach. Escribe el libro "Caspar Hauser, un delito contra el alma de un hombre". Su máxima "no hay delito ni pena sinley previa" se usa en el derecho penal hasta nuestros días.