Belfondo es la primera novela de la escritora española Jenn Díaz (2011), quien ahora se desempeña como diputada por el partido Esquerra en Cataluña, España.
En ella desarrolla la dinámica completa de un pueblo creado de la nada: el hombre denominado Amo ha comprado las tierras, ha construido las casas, y da a sus pobladores trabajo en la fábrica para que ellos mismos se procuren alimento con su esfuerzo. Cada trabajador tendrá una casa, una parcela para sembrar y un puesto de trabajo, y algunos miembros especiales (que se han ofrecido a hacerlo) se encargarán de tareas extras, de esas necesarias para el funcionamiento social. Conoce las historias de cada poblador y procura tenerlos contentos y satisfechos porque le aterra que se den cuenta que hay otros pueblos, que hay más mundo que recorrer, donde incluso puedan tener la libertad entera que él les niega. Por ello les da los viernes de teatro, el uso de una cantina y el acceso a la educación. Aunque no cree en Dios, se da cuenta del poder de la fe en el pueblo, por lo que accede a que haya una iglesia y un cura, instruido por su propia mujer. Tolera que exista una prostituta para no crear rebeliones por tensiones sexuales, pero va gestionando los temas prohibidos para no permitir que su pueblo piense en mejorar sus condiciones de vida: él es el único que puede otorgarles el bienestar. La gente le respeta y teme, y en realidad se encuentra muy solo.
Su esposa, una belleza ojiazul, se convierte en la imagen de ternura y compasión, la princesa encantada a la que es posible acercarse. Ella se dará cuenta de las limitaciones de su vida y su matrimonio a través de los ojos del pueblo.
El tercer personaje de más poder es el capataz de Amo, Arcadio. A pesar de ser uno más, debido al poder que posee por ser el maestro de los obreros, cree que son gente miserable e ignorante que no merece acceso a la educación, porque son simples obreros que se usan y es todo. Pero es fiel a su Amo, y agradece el buen dinero que le paga, así que se toma tan en serio su rol, que se le olvida poner bien fijos los ojos en sus alumnos, quienes siguen sus ilusiones mientras descansan en sus pupitres.
Otile, la esposa de Arcadio, goza de cierto prestigio en la mente de los pueblerinos, pero ella oculta una verdad que le avergüenza hasta el alma: no sabe leer ni escribir y su esposo se niega a enseñarle. Arcadio cree que su pequeña victoria contra el régimen es enseñarle a todos, menos a una: a su mujer. Otile tendrá que debatir consigo misma si sigue siendo replegada, o toma ella misma acciones para mejorar su vida.
Domitilda es otro de los personajes de fortaleza en el pueblo: fue la primera viuda, y no había familia que no le mandara comida con amor y compasión, pues era bien sabido que comía con su esposo cada día, y es el momento en que más lo extraña. Ella cuenta una historia sobre su matrimonio y el arroz, que se convierte en una de las leyendas con más fuerza en la historia.
Beremunda, la prostituta del pueblo, es la mujer más odiada de Belfondo. Todos han pasado por su barraca, y logra que las esposas se obsesionen con ella. Sueña con la libertad, con los nuevos caminos, con adueñarse del mundo. Se enamorará sin darse cuenta de alguien que le resultará prohibido.
Horacio es el poeta del pueblo, quien se encarga de escribir epitafios poderosos para sus compañeros de pueblo. Tiene una biblioteca clandestina, y cree que sólo quienes leen, tienen el derecho divino de aspirar a una mejor vida. Será el demonio metido entre las uñas de Amo, pero no lo verá venir.
Sontano, único ciego en el pueblo, se convierte por la pureza de la falta de luz, en el sacerdote de Belfondo. La esposa de Amo le irá enseñando la belleza de la vida, y se transformará de un olvidado a un líder y procurador de esperanzas.
Monral es un chiquillo elegido por Arcadio para ser su sucesor como maestro, por lo que toma lecciones ocultas más allá de la lectoescritura: se vuelve sabio y fuerte, aunque no puede entender por qué justamente a él se le ha dado este privilegio.
Cuca será la dueña del tiempo: toca el campanario del pueblo porque es sordomuda, y es la única a la que no le molesta el ruido de las campanas. Será una especie de diosa, la guardiana del tiempo de los enamorados. Y ella misma se enamorará con valentía y sorpresivamente.
Esta historia tiene un poco de todas nuestras contradicciones como humanos: sumisión y rebeldía, esperanza y conformismo, chisme y unión, trabajo y descanso, amor y recelo, prohibición y libertinaje. Cada personaje representa a un sector del mundo: los rebeldes, los que acatan órdenes, los que no saben cómo sentirse con sus diferencias. Trata de la vida, de nuestros bemoles, y de cómo estamos sometidos a una voz que nos gobierna sin que entendamos el por qué.
Trata también de lo que pasa en nosotros al crecer: nos damos cuenta que debemos irnos, que debemos explorar, que no todo puede ser lineal.
...Sin
saber que ante una ventana hay mujeres que no sienten vértigo, ni miedo, y
miran hacia abajo sin rodeos y son capaces de mirarle a los ojos a un ciego y
descubrir ahí dentro el amor.
Es una voz fresca, femenina, diferente. Es la voz de todo Belfondo. Y es que como la autora misma lo dice: se le da mejor contar la vida de otros, los que le sacuden la cabeza. Ella sólo es la que escribe sus hazañas, pero sus personajes son los que viven de verdad dentro de ella.
Busca esta obra contemporánea en: https://www.lectulandia.co/book/belfondo/
Pienso leer un poco más de su obra para entender más de su cosmovisión, que me ha parecido franca y transparente, apta para cualquier público.
Comentarios
Publicar un comentario