Su colección de relatos "quisiera que alguien me esperara en algún lugar", vendió 700 mil ejemplares sólo en Francia, y la hizo acreedora al Grand Prix RTL-Lire. Luego su obra "la amaba" le dio fama internacional al ser un éxito en 21 países.
Es una mujer divorciada que cría dos hijos y continúa con su carrera de escritora a la par que colabora con la revista Elle".
Chloe le ayuda a Pierre a desahogarse, y siente una mezcla de tristeza y ternura cuando conoce su verdadera historia. Se reconcilia con él, pues sabe el por qué de la actitud ruda y la coraza que siempre llevó. Pierre trata de ser un anciano noble, de convivir con sus nietas como no lo hizo con sus hijos, e ir sanando sus propias heridas antes de entregar la vida.
»—Tú
eres como mi padre, tienes nostalgia de las montañas.
»—¿De qué montañas, Mouchka? —le preguntaba yo.
»—¿De cuáles va a ser? ¡De las que no has conocido!
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—¿La amaba?
—Sí.
—¿Cómo la amaba?
—La amaba.
—¿Y qué recuerdo conserva de esos años?
—Una vida de líneas de puntos… Nada. Algo. Y otra vez nada. Y otra vez algo. Y
luego nada… De repente, el tiempo pasó muy deprisa… Cuando pienso en ello, es
como si esta historia sólo hubiera durado unos meses… Ni siquiera unos meses,
un abrir y cerrar de ojos. Era una especie de espejismo… Nos faltaba la vida
cotidiana.
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La vida, aunque la rechaces, aunque la descuides, aunque no quieras admitirlo,
es más fuerte que tú. Más fuerte que nada. La gente regresó de los campos de
concentración y volvió a traer hijos al mundo. Hombres y mujeres a quienes se
torturó, que vieron morir a los suyos y quemar sus casas volvieron una vez más
a correr para coger el autobús, a hablar del tiempo y a casar a sus hijas. Es
increíble, pero es así. La Vida es más fuerte que nada. Y además, ¿quiénes
somos para concedernos tanta importancia? Gesticulamos, hablamos a voz en
grito, ¿y qué? ¿Y por qué? ¿Y después, qué?
Es una novela hermosa porque nos saca del molde de las relaciones perfectas para el siempre jamás. Nos resuena en la cabeza por la noche, cuando no nos animamos a decirnos la verdad. Nos hace ver que la vida debe aprovecharse y no caer en etiquetas, que muchas veces tardamos demasiado en entender lo que nos hace felices y que la tibieza no es forma digna de vivir.
Este es uno de esos libros que te convence de que el divorcio no es lo peor que nos pasa, sino que es el inicio de lo mejor.
Tal como dije al inicio, amo a esta escritora y la recomiendo ampliamente para todas las edades, ya que creo en la importancia de estar al pendiente de nuestras emociones.
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