Zdenek, mozo del Plácido, sabe cómo sortear al jefe para que les deje descansar en sus ajetreadas horas de trabajo. También soñaba con la riqueza, por lo que en sus pocos días libres, armaba grandes juergas en las que invitaba la borrachera a todos, sin importar quienes fueran. Son amigos y enemigos a la vez, compartiendo destinos y afinidades sin darse cuenta.
Otro personaje divertido de la historia es el camarero Karel, conocido por poder llevar hasta 20 platos en las manos. Gustaba de chuparse los dedos con los restos de los guisos dejados por los clientes, y un día enloquece en una de las escenas más divertidas e irónicas del libro.
Liza, la mujer más importante en la vida del camarero, es una enfermera alemana de muy buena posición en el partido nazi, respetada y admirada por militares, encargada de importantes misiones en la Segunda Guerra Mundial. Se enamoran sinceramente, pero deberán pelear con dos grandes enemigos: el reich, y la presión por ser padres de niños arios perfectos para alimentar una nación ideal.
Mi padre acostumbraba a decirme que mientras tuviera un objetivo,
viviría bien, porque tendría un motivo para ir tirando.
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Recuerda, hijito, que la vida, si te sale un poco bien, es preciosa.
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En el fondo todo el mundo tiene miedo de la desgracia y del crimen y se protege
como puede, pero cuando ocurre algún crimen o accidente, la gente rodea el
cadáver para observar a placer la cabeza con el hacha hundida o a la vieja
atropellada por el tranvía.
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Te empieza a gustar hablar contigo mismo o con el caballo, con el perro, con la
cabra o con la gata, pero sobre todo contigo mismo, primero empiezas a recordar
en silencio y ver escenas del pasado igual que en una película muda, más
adelante te diriges a ti
mismo, te pides consejos, te haces preguntas, te interrogas y te acusas como un
juez y a continuación te defiendes, y de esta manera, charlando contigo mismo,
llegas al tema importante, el del sentido de la vida, no de la pasada, sino de
la que vendrá, y te
preguntas qué relación hay entre el camino que has hecho y el que te queda por
hacer, te preguntas si eres capaz de llegar a la tranquilidad mental que
tendrás que proteger del deseo de huir de la soledad, de huir de las preguntas
y cuestiones fundamentales,
y al final te preguntas si tienes suficiente fuerza de voluntad y coraje para
hacerte aquella clase de preguntas…
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Y es que la experiencia de saborear la absurdidad del propio camino, el cual
siempre se acaba prematuramente, de deleitarse con el conocimiento de la
ineluctabilidad del propio deceso, eso te llena de amargura y por consiguiente
de belleza.
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Una historia de inocencia, lucha, amistad y honor, que te hará reír, te conmoverá, y te dará una visión diferente sobre la guerra y las diferencias raciales. Un hermoso momento leer a este hombre, que con su ingenio te hace creer en un mundo siempre más bonito y agradable.
Bohumil Hrabal nació el 28 de marzo de 1914 en Brno, Checoslovaquia. Sus novelas han sido traducidas a 27 idiomas. Estudió derecho en la Universidad Carolina de Praga, aunque no pudo terminar su programa por la ocupación nazi en su país. Fue empleado ferroviario en la Segunda Guerra Mundial, además de cartero y metalúrgico, terminando en una planta de reciclaje de libros censurados. Comenzó a producir literatura casi a los 50 años de edad. Fue castigado por Checoslovaquia en los años setenta por incluirlo entre los firmantes de la Carta 77, aunque él no estaba de acuerdo con dicho documento. Fue expulsado de la Asociación de Escritores Checos y sus obras fueron prohibidas. Tuvo que verse obligado a publicar en ediciones reducidas.
Se mantuvo antisocial desde que le llegó la fama. Entre 1987 y 1988 murieron su esposa, su hermano y su mejor amigo. La soledad y tristeza le durarían para siempre.
Murió a los 83 años al caer de un quinto piso de un hospital, al tratar de darle de comer a las palomas, aunque no se sabe si fue un accidente o un suicidio.
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