Me encontré con una narración tan típica de inicio, y tan bien elaborada al final: un asesinato. Billy y Amy se aman, llevan casados un tiempo, y no pueden procrear. La hierbera del pueblo, rechazada y apedreada por ser considerada "la bruja" le recomienda brebajes y engaños, modo en el que Amy alcanza el anhelado sueño de ser madre. Meta que, al fin y al cabo, le cuesta la vida a un veterano de guerra, condecorado, admirado y profundamente amado por su madre.
Todo ello sucedido en un pequeño pueblo que está a punto de desaparecer por la creación de grandes presas que lo inundarán todo, incluyendo los malos recuerdos...
Presión social, medidas desesperadas, defensa del honor, castigos divinos, y décadas de culpa. Eso es lo que vas a encontrar en esta obra.
Es una historia corta, y aunque empieza algo lenta, va entrando en acción, enganchando fácilmente. Aunque creas que sabes lo que va a pasar, te sorprenderá ver que no. Te empapa de tristeza, de furia, de arrepentimiento y de perdón. La recomiendo ampliamente.
Esa
voz vieja y cansada sabía lo que era la verdadera soledad. Había oído que
Williams le daba fuerte a la botella. Había algo en su interior que ni la fama
ni el dinero podían curar, algo que sin duda había en el interior de mucha
gente, puesto que sus discos eran tan populares. «Soledad» era una manera de
llamarlo, pero se trataba de algo que iba más allá de lo que se puede expresar
con palabras. Era una especie de anhelo, la sensación de que una parte de tu
corazón estaba vacía. Un predicador habría dicho que esa era la condición del
hombre desde que fue expulsado del Edén, y muchos de los antiguos himnos
religiosos hablaban de que, en la otra vida, nos reuniríamos con Dios. Sin
embargo, vivíamos en el presente y cada uno trataba de encontrar a su manera el
modo de colmar esa ausencia.
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Las llamas son la lengua del diablo escapando del infierno.
Ron Rash nació en Carolina del Sur, Estados Unidos, el 25 de septiembre de 1953. Se ha desempeñado como novelista y poeta, y sus poemas han llegado a una centena de revistas y periódicos, pero también ha logrado reconocimiento como novelista y cuentista, tal como lo demuestran sus premios Frank O'Connor de 2010, y el Premio Literario de Carolina del Norte en 2011. Fue también la base de la exitosa adaptación cinematográfica de su obra más famosa, Serena, de 2008. Se desempeña como profesor de escritura creativa en la Universidad de Oeste de Carolina. Actualmente tiene 68 años.
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