En la cuarta entrega de esta saga, las aventuras son un poco más livianas, da más tiempo de disfrutar a los personajes y relajarse en las cercanías del final de esta historia de muchas sonrisas y peripecias.
Esta vez leerás a una Eva entusiasmada con un viaje a los Estados Unidos, en el que pone todas sus esperanzas de posicionar a sus cuatrillizas (ahora de 14 años) en la lista de espera de una herencia multimillonaria que les cumplirá todos los sueños. Wilt, mientras tanto, emprenderá un viaje en solitario adentrándose en la naturaleza inglesa, en el que no quiere pensar ni saber de nada, solamente disfrutar de su soledad y del momento.
Pero no estaríamos hablando de Wilt si nada sucediese en el medio...
Esta vez leerás a una Eva entusiasmada con un viaje a los Estados Unidos, en el que pone todas sus esperanzas de posicionar a sus cuatrillizas (ahora de 14 años) en la lista de espera de una herencia multimillonaria que les cumplirá todos los sueños. Wilt, mientras tanto, emprenderá un viaje en solitario adentrándose en la naturaleza inglesa, en el que no quiere pensar ni saber de nada, solamente disfrutar de su soledad y del momento.
Pero no estaríamos hablando de Wilt si nada sucediese en el medio...
Ahora conoceremos a Marta, una criada anciana que busca vengarse del hijo de su primer patrón, Battleby, un borracho arrogante que la ha humillado. Para ello requiere la ayuda de su sobrino, quien mostrará a la policía que Battleby es un consumidor empedernido de pornografía infantil...
Wilt se encontrará con Ruth, amante de Battleby, una mujer ambiciosa a la que poco le importa su esposo Harold y su creciente carrera política: apenas vea la oportunidad de salir bien librada de sus problemas, lo hará, pese lo que pese.
Eva será, sin quererlo, usada como camello durante su viaje, por lo que la observación policiaca vuelve a ser ingrediente en este libro. Las cuatrillizas encuentran el modo de hacer que el tío Wally, empresario de gran fama, enloquezca con sus ocurrencias, lo que les provoca una tremenda diversión (y hace que Eva siga pasando vergüenzas con su maternidad frustrada). Eva seguirá, por cierto, siendo esa esposa amorosa que demuestra estar a la altura de las necesidades de su complejo e hilarante matrimonio, por encima de sus amistades y hasta de sus hijas.
Wilt se encontrará con Ruth, amante de Battleby, una mujer ambiciosa a la que poco le importa su esposo Harold y su creciente carrera política: apenas vea la oportunidad de salir bien librada de sus problemas, lo hará, pese lo que pese.
Eva será, sin quererlo, usada como camello durante su viaje, por lo que la observación policiaca vuelve a ser ingrediente en este libro. Las cuatrillizas encuentran el modo de hacer que el tío Wally, empresario de gran fama, enloquezca con sus ocurrencias, lo que les provoca una tremenda diversión (y hace que Eva siga pasando vergüenzas con su maternidad frustrada). Eva seguirá, por cierto, siendo esa esposa amorosa que demuestra estar a la altura de las necesidades de su complejo e hilarante matrimonio, por encima de sus amistades y hasta de sus hijas.
El comisario Flint aparece en escena cuando Wilt es acusado de asesinato, y esta vez pretende defenderlo, pues ha aprendido que hacerse el loco (como siempre consideró a Wilt) podía traer la paz mental que tanto le había solicitado a la vida, por lo que las personalidades de nuestros amigos van a mostrar una faceta diferente, más relajada, y más resignada a las circunstancias de la vida, como cuando te rindes a remar contracorriente y decides conocer las ventajas de lo que se te concedió realmente.
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Thomas Ridley Sharpe nació en Londres, Inglaterra, el 30 de marzo de 1928. Se tituló como historiador en la Universidad de Cambridge y sirvió para la Marina Real Británica, quien lo llevó a residir por un tiempo en Sudamérica. Escritor de humor negro, también fue fotógrafo político, lo que le valió una estancia en la cárcel de Pietermaritzburg como preso político hostil, destruyendo los 36 mil negativos de trabajo que había realizado. Tuvo 4 hijas, y murió por diabetes el 6 de junio de 2013, a los 85 años.
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